Esta geometría se me mostró en la Montaña Mágica de Montserrat, en Barcelona. Mis dos hermanas de triada, Angie, Ruby y yo, solemos visitarla para realizar trabajos de luz, meditación y ofrendas a los elementales de la naturaleza. En uno de esos trabajos, en meditación, la roca bajo la que nos cobijamos me mostró su historia. Vi a su alrededor cetáceos, mar y me dio a entender que, eones atrás había estado sumergida, vi sirenas, elementales del agua, y también de tierra, hadas, los elementales de las rocas, el Dios Cernunnos, rey del bosque, empezaron a fundirse entre sí transformándose en este complejo símbolo.

Era como una runa sagrada representativa del arquetipo de la Madre Divina y la Madre Tierra que, si tuviera que plasmar su huella energética en forma de geometría sagrada, fusionándose con la frecuencia del lugar, daría lugar a este símbolo.

En sus trazos sentí la conexión entre el cielo y la tierra, la red que entrelaza nuestros diferentes cuerpos energéticos con las diferentes dimensiones de la existencia, y las capas etéreas del planeta y como nos influye. Me conectó con el arquetipo del Divino Femenino, sus misterios, su sabiduría, su fuerza creadora y sanadora y su magia ancestral, tan ancestral como el principio femenino universal, la montaña y la misma Gaia.

En cuanto pude ilustrarlo, ha sido mi “tarjeta de presentación” y siempre tuve claro que el día que dispusiera de un centro propio se convertiría en su “marca”.

Debéis saber que la Montaña de Montserrat tiene un fuerte vínculo con la energía de la Madre Cósmica, La Madre María, la Diosa Isis, María Magdalena, Maestras guardianas del del Divino Femenino y esta oleada de energía femenina que viene a equilibrar e impulsar la ascensión planetaria.

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